martes, 4 de diciembre de 2018

Metodologías de consultoría


Cuando en una empresa te piden que identifiques, analices y desarrolles un nuevo proceso, producto u organigrama, estamos ante un proyecto de consultoría.

Es curioso remarcar esto, porque a veces se nos olvida, dado que podemos caer en la tentación de pensar en proyectos de consultoría en los que implantamos nuestro modelo, proceso, producto u organigrama. pero eso, a mi modo de ver, no es consultoría.

Un proyecto de consultoría es algo que nace, modifica o crea una estructura, proceso o producto, partiendo de un estudio analítico, cuasi científico, sobre el que basar las modificaciones o nuevas propuestas.

Las cosas no salen de la nada, surgen porque se aplican métodos de trabajo rigurosos.
La metodología te aporta ese carácter organizado, sistemático y riguroso que todo buen proyecto debe reunir.

Esa es la parte que diferencia a unos consultores de otros.

  • Si posees una buena metodología de trabajo, serás capaz de modificar, crear e impulsar nuevos desarrollos, diseños, productos, estructuras y organizaciones, con la seguridad plena de que el resultado obtenido es fruto de un proceso realmente fiable.
  • Si no posees solidez metodológica, lo que harás será buscar la manera de “incrustarle” a tu cliente el modelo, producto, proceso o estructura que desde tu organización se ha insistido que es su producto o entregable. En esta forma de trabajar, después vienen las adaptaciones. El mensaje de “lo hago a tu medida”.

En mi opinión una organización que busca algún tipo de transformación (productos, procesos, personas, estructuras, etc) debe iniciar un proceso de consultoría metodológicamente impoluto sin márgenes previos y con una empresa externa de consultoría que sepa aportar ese valor que se necesita. Ese valor metodológico que te asegura el resultado obtenido.

Creo que debemos huir de los modelos, importaciones, exportaciones de experiencias que efectivamente son interesantes para el que las vive en primera persona pero que no se adaptan, sino se lleva un proceso transparente y claro, a la perfección en casi ninguna ocasión al cliente u organización que ha solicitado ayuda con ese cambio.

Hace poco tuve la oportunidad de participar en el diseño de un nuevo proceso en una organización. 

He disfrutado mucho, he sido muy sistemático, pero sobre todo he procurado llevar mi mente en “blanco” para que esos modelos y/o productos que tengo en mi experiencia previa no se interpongan con las necesidades de la organización que me contrata. No es fácil, os lo aseguro, pero es, a mi modo de ver, el secreto del éxito en este tipo de procesos.

Al principio da un poco de miedo porque no sabes hacia donde vas ni qué cosas van a salir. Pero al final te das cuenta de que la respuesta no la tienes tú, sino que la tiene la organización para que la estás trabajando. Solo hay que saber encontrarla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Vistas de página en total