martes, 26 de mayo de 2020

La vida acelerada: lo que me ha transformado #Covid_19

Que en una situación de emergencia surgen liderazgos más o menos fuertes, suele ser un hecho contrastable (o al menos una hipótesis que toma fortaleza).

Lo que no se puede probar tan fácilmente, es la aceleración con la que suceden las cosas.
En este sentido, en las organizaciones, o al menos esa ha sido mi visión, han emergido liderazgos situacionales, determinantes y pasajeros que han logrado guiar y empujar a toda la estructura para continuar hacia delante.

Además, he detectado que aquellas organizaciones que han dispuesto de ese “empuje” han acelerado sobremanera sus procesos de toma decisión, aquellos que tienen que ver con la producción y con la aproximación al mercado.

Como ejemplo la empresa para la que trabajo, @Dopp Consultores.

Nosotros, con anterioridad a la crisis teníamos (o yo percibía) una velocidad de crucero determinada, en la que se engranaban todos los procesos de trabajo y toma de decisión.

Hoy, tras unas semanas de crisis y con el empuje que algunos liderazgos situaciones nos han dado, he podido “palpar” de primera mano como hemos sido capaces, no solo de seguir trabajando a velocidad de crucero sino de acelerar de forma exponencial en la capacidad de respuesta interna (y externa) con la misma calidad de los productos o entregables que en épocas más tranquilas.
  • Lo que antes tardábamos 2 semanas, hoy son 2 días.
  • En situaciones en las que se requerían cambios en profundidad, si tardábamos un año o año y medio, ahora estamos hablando de procesos que pueden durar semanas o incluso días.


Me imagino que cualquiera que lea esto que estoy contando podrá pensar que esta aceleración impacta negativamente en la calidad de los productos, materiales o entregables.

Yo, en primera persona hubiera pensado esto, pero he de reconocer que no ha sido así y la calidad con la que las personas están afrontando esta aceleración / transformación no hace sino refrendar lo que líneas más arriba comentaba: la aceleración de las organizaciones, empujadas por determinados liderazgos, no afectan a la calidad del trabajo realizado.

O dicho de otro modo; la situación de crisis extrema que estamos viviendo han acelerado la aparición de liderazgos fuertes que han “inspirado” y “empujado” a las organizaciones (y a las personas que habitan en ellas) para alcanzar y acelerar el cambio que necesitan (en capacidades, procesos y herramientas) para adaptarse al nuevo escenario.

Ahora, he de reconocer que somos más productivos, estamos más conectados y acelerados. Desde casa o desde la oficina, a mí, esta situación, me ha transformado.

Sé que estas letras puede que no reflejen el sentir de la mayoría, pero quería compartirlas para que tengáis, en primera persona, como lo estoy viviendo y percibiendo.

Ánimo, ahora más que nunca sé que de esta salimos juntos¡

Fin.

Mandamientos de la pandemia:
Cuida a tu proveedor como si fueras tú mismo, porque en definitiva, tú también lo eres. 

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