El liderazgo ha muerto, viva el liderazgo.
Con una frase como esta muchos de los que me leéis pensaréis
que estoy loco o que de repente se me ha “ido” la cabeza. Afirmar, que el #liderazgo
ha muerto es como negar la curvatura de la Tierra.
Oveja blanca |
Me paso la vida profesional buscando referencias sobre buenas
prácticas en la gestión de personas y me harto de leer y visionar grandes
paradigmas sobre el #liderazgo.
Veo con estupor, cada día, como algunas organizaciones y
grandes conferenciantes muestran lo que para ellos es un liderazgo ejemplar,
eficiente y exitoso. Algunos incluso nos atrevemos a indicar cómo deben comportarse
las personas para llegar a ser ese Líder perfecto.
Intentamos modelizar y extender ese modelo por todas partes.
Porque esa es la receta “mágica” del #liderazgo, del éxito.
Pues bien, hasta aquí hemos llegado. Sinceramente, no lo
veo.
Objetivos y metas |
Intentar encontrar y extrapolar el comportamiento A, B o C,
para decir que en toda circunstancia y en cualquier ocasión vamos a ser líderes
perfectos llevándolos a cabo, es en mi opinión, “un error”.
Y esto no quiere decir que no exista eso que llamamos #liderazgo…
sino que existe, pero no podemos extraer una “receta mágica” para que funcione
en cualquier circunstancia.
¿Cuál es entonces el enfoque que defiendo?
En entornos líquidos, #BANI, extremadamente cambiantes, que
producen ansiedad, rápidos y veloces, necesitamos organizaciones y personas que
sepan surfear las distintas olas y corrientes que nos encontremos; solo con el objetivo
de alcanzar el fin que nos hemos propuesto.
Líquido |
En resumen; en mi opinión los modelos de #liderazgo, entendidos como un inventario de comportamientos previamente determinados y que debemos aplicar en toda situación y organización, han muerto.
A cambio, creo que el #liderazgo está muy vivo, más que vivo.
Se ha convertido en la herramienta esencial (más que la propia #digitalización
y la #IA) para conseguir, o no, las metas que nos hemos propuesto en nuestras
organizaciones en contextos extremadamente líquidos, cambiantes y BANI’s.
El liderazgo ha muerto, viva el liderazgo.