Lo que está ocurriendo en la política española era algo
esperable y realmente predecible pues la situación de los grandes partidos políticos
no deja resquicio a la improvisación.
Aunque parezca que las cosas van sucediendo de una forma
poco organizada y a impulsos, todo lo que estamos viviendo, se muestra, en mi
opinión, realmente inevitable y bastante predecible.
Y lo que ha de acontecer ahora pasa por lo que Rajoy decida,
puesto que en función de su planteamiento se obstaculizará en mayor o menor
medida la toma del poder, de forma temporal, del partido del Sr. Sánchez.
Si Rajoy decide no dimitir y someterse a una dura derrota,
Sanchez tendrá por delante la difícil tarea de negociar los presupuestos de
2019 con partidos que en principio, muestran intereses contrapuestos.
Si Rajoy decide irse antes de que se vote la moción, es
posible que tengamos Gobierno en funciones hasta después del verano puesto que
es dudoso que puedan configurar un gobierno de acción entre sensibilidades tan
opuestas (de hecho ya tuvimos una experiencia similar en el intento del Sr.
Sánchez en el 2016). Por tanto, en esta circunstancia, el Sr. Sanchez y su
partido tendrán que trabajar muy duro sino quieren verse abocados a una
convocatoria electoral para finales de este año.
Es evidente para mi que Rajoy no va a vender su derrota
fácilmente, puesto que colaborar en que el Sr. Sánchez entre en la Moncloa y se
refuerce, no solo como candidato sino como gobernante, hace peligrar y mucho
las posibilidades de “resurrección” de un partido popular moribundo. Si alguien
pone cordura en el PP es de suponer que Rajoy agotará el plazo de su dimisión
in extremis con la intención de oscurecer la votación de la moción de una
manera dramática y bien comunicada con un impacto mediático sin precedentes.
Bien pensado esto es lo que tendría que hacer Rajoy. De este
modo obstaculizaría la consolidación de su máximo rival y por ende, ganaría
tiempo para posicionar al PP en una batalla electoral más que probable.
Pienso ciertamente que resistir y ser derribado es una
opción, pero me parece que los beneficios que aporta son poco o nada rentables
para el Sr. Rajoy y su partido.
Visto con perspectiva esta es la antesala de la entrada al
poder de un partido distinto a los tradicionales. Si no, al tiempo.
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