Madrid, lluvioso, frío y otoñal. Diría que casi invernal. Es
martes, día 3 de Noviembre de 2015.
Hoy sigue hacia delante el desafío independentista de
Cataluña, estamos a 2 meses escasos de celebrar unas elecciones generales, y
Rafa Benítez sigue siendo entrenador del Real Madrid.
Después de todo, hoy es un buen día. Nos hemos trasladado a
nuestras nuevas instalaciones (paradojas de la vida, enfrente del Tribunal
Constitucional) y parece que la empresa va tomando cuerpo. Soy algo precavido a
la hora de echar las campanas al vuelo en este tipo de asuntos, pero quizás sea
el momento de empezar a ilusionarse. Imaginno Consultores debería empezar a
soñar con ser mucho más grande y con alcanzar proyectos que hasta ahora eran
inalcanzables. El problema que veo, básicamente, se centra en el modelo de
negocio y la falta o ausencia de financiación.
Pero hoy no he venido a hablar de mi libro, o de mis
problemas físicos (que los he tenido semanas atrás (por fin puedo decir que
muevo las manos con tranquilidad..)) sino que hoy, antes de continuar con la
serie de post’s dedicados al cambio de actitudes a través de la interiorización
de argumentos y esquemas cognitivos aplicado al desarrollo de las personas (y
de las organizaciones) quiere poner a vuestra disposición los básicos de la
experimentación en las organizaciones. El cómo se hace y con qué se hace.
Introducción a la
investigación en las organizaciones
Para poder establecer marcos de intervención en las
organizaciones que nos arrojen resultados concluyentes, debemos aplicar el
método de la Ciencia. Debemos, en el fondo, alcanzar la replicabilidad de
nuestras intervenciones en cualquier organización (obteniendo los mismos
resultados).
Llegar a esto, a esta replicabilidad, debe producirse
siguiendo el método científico, y éste, a su vez, se divide en varias
estrategias de las cuales podemos escoger la que mejor encaje en nuestro
proyecto: método inductivo,
método deductivo y método
hipotético-deductivo.
No me voy a parar a definirlos, simplemente os dejo el link
a su contenido.
La Psicología, las intervenciones o proyectos que tienen que
ver con personas, se decanta por el método hipotético-deductivo, dado que se
considera que es una mezcla del inductivo y del deductivo que aporta más
seguridad a los datos y conclusiones extraídas en la intervención.
Lo bueno del método es que en las organizaciones sabemos
cuál es el problema (en nuestro modelo de intervención lo denominaremos “problema
de investigación”) y presumimos cuál será el resultado (planteamiento de la
hipótesis de investigación).
Por ejemplo, cuando se dice que tengo una alta rotación,
estoy detectando el problema a investigar. Y cuando intervenimos para intentar
paliarlo desarrollamos una hipótesis de intervención como por ejemplo; si
introduzco el test de selección CCV® para las fuerzas comerciales, es probable
que reduzca mi rotación dado que las nuevas incorporaciones reunirán, de forma
más exacta, el perfil requerido para la posición.
En el planteamiento anterior tendríamos:
·
Problema:
rotación
·
Hipótesis:
aplicar el CCV® reducirá la rotación
Nota: en las
organizaciones, y en los departamentos de recursos humanos en particular, nos
quedamos en el planteamiento del problema-solución, pero no aportamos ni
diseñamos un entorno de intervención-investigación en el que podamos concluir,
con los datos en la mano que dicha “solución”, (en nuestro caso aplicar el CCV®
a los procesos de selección) es la causante de forma directa de la mejora de
los datos obtenidos tras su aplicación.
En estos casos, que son casi todos, los datos que se ofrecen
son meras conjeturas que llevan a cualquier persona de la organización a cuestionar
su veracidad y validez. De hecho son difícilmente replicables puesto que no se
han obtenido a través de un diseño de investigación serio y estructurado.
Por esa razón, en mi opinión, y no por otra, se cuestiona de
forma constante, entre otros motivos, la verdadera aportación de los
departamentos de recursos humanos al devenir organizativo.
Lo más difícil, en mi opinión, es acertar con el
planteamiento de las hipótesis. Operativizarlas (concretarlas) y después
contrastarlas con los datos que se obtienen en la investigación-intervención en
la organización es tarea clave para poder presentar datos concluyentes e
irrefutables.
En los próximos artículos, desgranaré las diversas
herramientas con las que contamos para diseñar este tipo de intervenciones-investigaciones
y posteriormente compartiré con todos un caso práctico con una cliente del
sector inmobiliario.
Hola Jesús, muy interesante la forma en que aborda el principal problema que aún tienen nuestras áreas, departamentos o direcciones de recursos humanos. Coincido plenamente contigo, si realmente no medimos bien el impacto de nuestras soluciones, en la cuenta de resultados de una empresa, difícilmente nos vean como socios estratégicos. No es una tarea sencilla pero lograble, requiere de una capacidad de análisis diferente, de enfoques menos trillados o parafraseando a un gran profesor y psicólogo cubano que admiro muchísimo (Dr Manuel Calviño), "a veces se puede ir por el mismo camino, pero utilizando diferentes maneras de caminar". Es triste buscar soluciones que a unos nos parezcan, como salvadoras o salomónicas y que después queden como simples "pedradas de suerte", por no poder demostrar su valía y su uso generalizado en el futuro. saludos y muchas gracias por compartir esta valiosa información
ResponderEliminarJuan Carlos, disculpa no haber respondido antes, pero estoy metido en cientos de proyectos y con las fiestas navideñas de por medio me ha sido imposible estar al tanto de todo lo que ha pasado en mis redes y bloggin's
EliminarEn cuanto a tu comentario diré que estoy al 100% de acuerdo. Coincidimos plenamente en el diagnóstico y en lo que habría que hacer.
Ahora nos falta dar un paso más y demostrar que se puede hacer. Como tu dices: se puede lograr.