Creo que de estos 365 días destacaría lo que he aprendido a vivir.
Debo reconocer que hasta hace no mucho tiempo, mi forma de ver la vida era algo parcial.
Es cierto, cuando llega un bebé a tu vida, ésta cambia. Pero ese cambio no debe ser considerado como algo negativo, porque cualquier cambio, de la naturaleza que sea es un foco de oportunidades.
Hay veces que tenemos miedo a lo desconocido, a lo que no controlamos, y por eso somos tan resistentes y hacemos casi siempre las mismas cosas, de la misma manera y con las mismas personas.
Pero si una cosa he aprendido con un bebé en mi vida es a no
controlar todo lo que pasa, a estar dispuesto a lo desconocido y a sentir la
incertidumbre en todos los poros de mi piel.
Inseguridad, desconfianza, miedo, son emociones que he descubierto
y que tenía “controladas” en mi vida controlada. Cuando participo en alguna
formación en la que se habla de la “zona de confort”, de la necesidad de salir
de ella para desarrollarme, me río por dentro porque hasta que no he puesto un
bebé en mi vida no he sabido realmente lo que significaba.Yo, que me dedico a la consultoría, y entre otros muchos proyectos, trabajo en la formación, me he dado cuenta de la potencia que tiene “vivir la experiencia”. Es cierto que pocas charlas, jornadas y simposios te cambian la vida. Creo que la única fuerza que de verdad puede cambiarte, es la que ejerce la propia vida mediante la experiencia.
Ensayos e intentos como la programación neurolingüística son meros artificios concretos que no
sirven realmente para prepararte ante un cambio de paradigma vital. Es cierto que hay muchos cerebros, de muchas personas, que están preparados para asimilar más cambios que otros. Y creo que es cierto que a través del entrenamiento de habilidades, podemos conseguir moldear ciertas peculiaridades o necesidades de nuestro carácter.
Pero creo sinceramente que aprender a vivir el cambio solo
se puede producir a través del cambio. Salir de esa zona de confort no es un
acto consciente porque en realidad no estaríamos saliendo de ninguna parte. Es
la verdad del Perogrullo, si salgo de mi zona de confort, dónde estoy
realmente?: en mi zona de confort.
Bien, cambiarte la vida es lo que hace que adquieras nuevas
habilidades y subas un peldaño más en tu desarrollo personal.
Después de mi propia experiencia, en la que mi hija Paula ha
tenido todo que ver, reconozco que entiendo el por qué un escritor o un artista
deben tener una profunda vida. Un extenso bagaje de experiencias. Unas buenas y
otras malas. Porque sin ellas no serían creadores.
Este año 2013 me ha dado la oportunidad de conocer nuevos
mundos. Sentirme perdido, sumido en la incertidumbre, y ansioso por recobrar el
control. A día de hoy, creo que he subido un peldaño más en mi corta vida
personal. Me he desarrollado y he conseguido ver las cosas de otra manera.
A través de una experiencia vital intensa, emocional y
pasional, he interiorizado el autoconocimiento emocional, la capacidad de
anticipar, la lectura de los demás, el espacio creador, y en definitiva, he ido un paso más allá en mi desarrollo personal y profesional.
No es nada trascendente. Son datos concretos, comportamientos
concretos, estilos de percepción concretos.
Lo que me ha dado este 2013, aparte de varias realidades
objetivas y muy emocionantes, es una escuela de aprendizaje, un máster de la
vida, en el que he podido aprender a;
·
Gestionar conflictos
·
Comunicar eficazmente
·
Desarrollar mi autoconocimiento emocional
·
Ser más empático
·
Planificar
·
Gestionar proyectos
·
Aumentar mi autoestima
·
Recibir y dar Feedback
·
Gestionar el tiempo
·
Negociar
·
Delegar
·
Persistir
·
Motivar
·
Liderar
·
Analizar y solucionar problemas
Y un largo etcétera de habilidades y conocimientos que
aunque entrenados con anterioridad, no habían sido interiorizados hasta que los
he vivido de forma experiencial.
En los programas de desarrollo de potencial o desarrollo
directivo se adolece de demasiada carga conceptual y poco elemento
experiencial. No es lo mismo trabajar, simular una situación o simplemente
llevar a cabo tu responsabilidad que encontrarte en un momento en el que
realmente la situación te supera, no puedes controlar y debes comenzar a
aprender/cambiar.
Llevar al límite la experiencia realmente enseña y es generadora
del cambio de actitudes. Hoy recordaba multitud de experimentos y estudios en
los que se estudiaba el cambio de actitudes. Sinceramente creo que dichos
cambios, estables y profundos, que permiten o generan el cambio de una actitud,
son posibles, siempre y cuando nos encontremos ante una situación real,
experiencial, muy fuerte emocionalmente, en la que no tengamos la sensación de
control.
Tener a Paula me ha permitido tantas cosas y vivir tantos
momentos inolvidables que para mi, este año 2013 que termina ha sido el año en
el que más cosas he aprendido en lo que va de vida. Una experiencia
real, emocionalmente muy fuerte, en la que no tengo la sensación de control, me
ha permitido desarrollarme e interiorizar determinados mensajes y actitudes que
hasta la fecha solo los había entrenado.
Gracias 2013, por darme un poco más de vida.
Un saludo y feliz navidad a tod@s.
Jesús García Mingorance
Una increible y enriquecidora nota, lo felicito, somos todos resistentes a los cambios, incluso los que estudiamos rrhh., esta muy bueno tener miedos, eso nos pone en alerta y nos potenciamos, feliz año para ud. y los suyos y para todo el maravilloso equipo de esta pagina.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, Sandra.
EliminarLa verdad es que intento plasmar en primera persona lo que "predico" en segunda o tercera dado que me dedico a gestionar personas y a enseñar a gestionar personas..
Creo que la vida nos da muchas lecciones, pero sobre todo nos propone mucho aprendizaje.,