Hoy te escribo porque
quiero que seas consciente de que vives en España y en esta sociedad porque
muchas personas como Miguel Ángel Blanco dieron su vida sin pedir nada a
cambio.
Sé que te sonará raro, porque ni yo mismo sé si cuando leas
esto podrás entenderlo, pero me conformo con que dediques algún tiempo a
reflexionar sobre lo que a continuación te escribo.
Tú sabes muy bien que Papá trabaja por y para las personas.
Intenta mejorar sus vidas a través de su trabajo y procura hacer algo bien cada
día. Es difícil, pero lo intento. Sabes por qué? Porque quiero que vivas en una
sociedad mejor.Te voy a hablar aunque te parezca aburrido, de la Responsabilidad Social Corporativa. Pues bien, según el Observatorio de la Responsabilidad Corporativa, “la RSC es la forma de conducir los negocios de las empresas que se caracteriza por tener en cuenta los impactos que todos los aspectos de sus actividades generan sobre sus clientes, empleados, accionistas, comunidades locales, medioambiente y sobre la sociedad en general. Ello implica el cumplimiento obligatorio de la legislación nacional e internacional en el ámbito social, laboral, medioambiental y de Derechos Humanos, así como cualquier otra acción voluntaria que la empresa quiera emprender para mejorar la calidad de vida de sus empleados, las comunidades en las que opera y de la sociedad en su conjunto”.
Las organizaciones, con este tipo de políticas, se
autoimponen su responsabilidad como agentes que influyen en la sociedad. Asumen
su responsabilidad e implementan estrategias que van en la dirección de la
mejora social y de su entorno más inmediato.
Este ejemplo de
responsabilidad, deberías tomarlo como un ejemplo a seguir por todos y por
todas. Desde el ciudadano más común hasta el político más relevante. Nadie
debería obviar su responsabilidad social.
Es evidente que la sociedad de hoy (en la que tú tienes 3
meses) ha cambiado, no sé si tiene mucho o nada que ver con la sociedad del
franquismo o de la etapa constituyente. En teoría somos los mismos, vivimos en
el mismo lugar, hablamos las mismas lenguas, y luchamos cada día por nuestras
familias.
Sin embargo, parece que tenemos tendencia a olvidar
determinados daños “colaterales” que se han ido produciendo a lo largo de estos
casi, 40 años de democracia, y a olvidarnos de cuál es nuestra responsabilidad.
(Recuerda Paula que estamos en el año 2013)
Sorprende ver como la
sociedad en su conjunto, representada por los partidos políticos, tiene la
capacidad de olvidar, de desentenderse de algo que ha contribuido decisivamente
a su propio bienestar.
Me río, a veces, querida hija, de la palabrería que se
utiliza en contra de las organizaciones, del “daño” que hacen a la sociedad,
del “capitalismo” y sus males perniciosos, del gobierno del estado del
bienestar, porque esas personas que dicen esas cosas, olvidan fácilmente lo
difícil que ha sido llegar hasta aquí y la cantidad incalculable que les
debemos a todos los que murieron por España, por su Sociedad y por nuestra
Libertad.
Sencillamente
hipócrita. Sencillamente terrible. Sencillamente deleznable.
A lo largo de estos
casi 40 años de democracia, hemos tenido la oportunidad de cambiar las reglas
del juego. La sociedad lo pedía, no por un arrebato de venganza, sino por un
deseo de justicia.
No olvides querida
hija que aquellos que delinquen son elementos que actúan en contra de la
sociedad, y es la sociedad la que debe juzgar con qué pena queda satisfecho su
delito. Este principio de Justicia, no se ha respetado de forma
sistemática, por miedo?, por hipocresía? , no lo sé, Paula. Simplemente, te
puedo decir, que el pueblo habló en muchas ocasiones y los gobiernos miraron
hacia otro lado.
40 años son muchos años para cambiar las cosas, es cierto
cariño. Como ciudadano me hubiera
gustado que me preguntaran, en honor a mi responsabilidad social, qué quería
hacer con las penas de los delincuentes, de aquellos que olvidaron un día
que eran corresponsables de esta sociedad.
Ahora Paula, tod@s se
indignan. Se muestran solidarios y responsables, pero por acción o por omisión
han dejado (hemos dejado) que Inés del Río, asesina, salga a la calle, que los
violadores de Sandra Palo, salgan a la calle, que el violador más reincidente
de la ciudad condal salga a la calle, y que tantos y tantos otros individuos
que han cometido actos en contra de nuestra sociedad salgan a la calle.
Paula, “Podrá ser
legal, pero no es justo.”
Qué sociedad, con qué
reglas del juego, te voy a dejar? Cómo voy a explicarte que personas que fueron
condenadas a cientos de años de prisión están en la calle? Qué ejemplo puedes seguir
si desde las propias instituciones, con las actitudes y posicionamientos que
toman, incitan al incumplimiento de las reglas?
Qué valores puedo enseñarte
si desde las instituciones educativas no te exigen respeto y sacrificio? De qué
modo podré decirte que España es un país seguro cuando violadores y asesinos
salen a la calle con la impunidad y el horror de saber que lo volverán a hacer?
Con qué gesto te digo
que los políticos, y ciudadanos, durante más de 40 años “lo dejaron” pasar, y
la sangre derramada no sirvió de nada? Cómo podré pedirte que te preocupes de tu
entorno, que seas responsable corporativamente hablando, si ni siquiera
respetamos a aquellos que dieron la vida por nosotros?
Cómo puedo pedirte que
ayudes a tu vecino, si nadie se mueve por cambiar las cosas que vivimos? De qué
modo puedo explicarte que tu futuro está en tus manos, si cada vez que alguien
promete y no cumple, ni siquiera se sanciona? Cómo puedo decirte que vivimos en
un país justo cuando hay niños y niñas que solo pueden hacer una comida diaria,
ésta la hacen en sus coles?
En qué sociedad vivimos que permite recortes a la dependencia, a las
vacunas de los lactantes, al pago de medicamentos, a cuestiones tan primitivas
que no sabría ni cómo explicar?
Cómo puedo explicarte
que nuestros políticos no son corruptos si no hay día que no nos levantemos con
un escándalo más, otro más de esto, otro más de aquello? De qué forma te diré
que respetes las reglas, si cuando viene el albañil a nuestra casa me espeta
aquello de, con “iva” o sin “iva”?
En qué clase de
sociedad vivimos que permite excarcelar a terroristas, asesinos múltiples,
violadores, asaltantes y ladrones reincidentes? Cómo podemos estar tranquilos
ante tal desorden?
Sencillamente no
tengo respuestas. Yo también formo parte de esta sociedad, y quizás he
contribuido a crearla, pero sé que puedo hacer algo. Desde mi pequeña
responsabilidad social corporativa, desde mi pequeño entorno social, puedo
hacer algo.
A ti hija mía sólo quiero que veas mi camino. Lleno de
dificultades, de injusticias y pesares, pero también lleno de valores.
Valores como la libertad,
la igualdad, y la solidaridad. Practicados día a día. Defendiendo aquello
en lo que creo. Dando ejemplo, no aceptando injusticias ni delitos.
Paula, hija, si algún día lees esto, puede que no haya
conseguido nada, pero hoy, me propongo, firmemente, seguir luchando por aquello
en lo que creo. Sin miedo a nada, con la cabeza muy alta, con el corazón, con
el alma y con la vida.
Lo hago por todos aquellos que dieron su vida por España,
por la libertad y por la democracia. Lo hago porque creo en una sociedad justa,
donde el pueblo tenga la palabra.
Lo hago por ti, mi vida. Porque quiero que seas feliz.
Porque quiero que seas buena persona.
No todo es dinero, poder o triunfo. Hay mucho más.
Tal y como dijo Javier Fernández Aguado hace unos días
frente a un auditórium repleto:
“No todo lo legal es
lícito, ni todo lo lícito es legal.”
Por ellos Paula, para que no los olvides, para que estén
siempre en tu memoria. Por las víctimas de asesinos, violadores y terroristas. Que
dieron su vida por una sociedad más justa.
Obremos en
consecuencia.
Un beso.
Jesús García Mingorance28 de Octubre de 2013.
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